jueves, marzo 18, 2010

Elegía en Tholos


Elegía en Tholos



A Martine Broda
In memoriam



Mas si creemos que nuestro único sujeto
es el deseo y al mismo tiempo
nuestra esencia, querríamos ser el objeto
perdido y olvidar todo lenguaje.
Dormir en la colina disfrazados de chopos
y cantuesos. Dormir junto a las cosas
enterradas bajo un horizonte
de leche negra —dormir entre las zarzas
jaras y sarmientos que un día fueron
sujetos abrasados. Y también con los muertos
de dolor o de una borrachera. Dormir
bajo la grava junto a las flores de Víznar
o Bagdad, crucificadas de noche
por el odio que despierta la conciencia
de ser libre. Dormir en la colina
de Spoon River tras un mausoleo cualquiera,
bajo el manzano de un huerto
o sobre una sima del mar. Ser para siempre
un ser aunque muerto deslumbrante
de deseo —y conseguir que dure al menos
el tiempo de regreso hasta el chispazo inicial.
Sólo un gesto. Y dormir para siempre
de la mano de nadie —como duerme Martine
con su enjuto cuerpo entregado
en ofrenda a sus amantes lares, Jouve
Juarroz, Celan o Lacan. Todos duermen
ahora en la colina de Tholos. Y nosotros también
muertos con ella como objetos cosas
húmedas entre la seca arena —este silencio.

Miguel Veyrat


No por casualidades, sino por "puertas abiertas entre el azar y la necesidad", Miguel Veyrat, el excelente poeta y traductor del libro Deslumbramientos de Martine Broda (1947-2009), me envía, para continuar con la reconstrucción de la memoria de Broda, un poema que aparecerá en su próximo libro. Para mí es un placer poder publicar esta elegía de Miguel en primicia y recordar los bosques sumergidos de luz y el no-decir de la poeta de Nancy.



Imagen: "Vegetales en luz" (Lisboa, agosto de 2009)


8 comentarios:

Miguel Veyrat dijo...

Tholos es una de las partes que componen el libro "Deslumbramientos". Linteo ha publicado los poemas de la sección que da título al libro. Tholos es un poema que dedicó Martine a la muerte de su hermana. Hoy rendimos homenaje a la suya propia, y única, como hubiese dicho Rilke.
Sólo la fuerza del Deseo abre la brecha entre el azar y la necesidad, o entre Fortuna y Natura, como querría Lucrecio.
Mil gracias, querida María Nefeli, desde mi propia emoción en memoria de una de las grandes poetas contemporáneas de Francia.
Miguel Veyrat

Inma Chacón dijo...

Uno de los personajes de mi próxima novela dice: "Las casualidades no existen, son puertas que abre el destino para unir a la gente". Miguel Veyrat ha escrito un emocionante y emocionado prólogo (él prefiere llamarlo "Preliminares") para mi último libro de poemas, "Arcanos", y ahora me envía este enlace al blog de una poeta a la que admiro y con la que he compartido muchas horas de versos y de emociones.

No. Las casualidades no existen.

Miguel Veyrat dijo...

Por supuesto, Inma, estoy deseando leer de nuevo tu prosa y he disfrutado muchísimo deletreando tu poesía y poniéndole algunos pensamientos preliminares.
Tienes razón, se ha abierto una puerta por la que podido reunirme con una de tus buenas amigas, esta María Nefeli, que es una magnífica poeta y traductora, y que espero llegue a serlo también mía. El destino está de nuestra parte. Seguro que la sombra de Martine participa desde algún lugar del equinoccio en nuestro encuentro y el homenaje a su poesía.

Graça Pires dijo...

Um belíssimo poema "In memoria"
"Dormir en la colina
de Spoon River tras un mausoleo cualquiera,
bajo el manzano de un huerto
o sobre una sima del mar."
Um beijo.

Miguel Veyrat dijo...

Outro, Graça. Oubrigado. Soy un lector tuyo. El manzano del huerto podría ser el de Melibea. Beijos. Mi portugués escrito no da para más, pero disfruto leyendo vuestra bellísima y honda lengua.

maría nefeli dijo...

Muchas gracias a todos por las puertas abiertas...estoy feliz por que este pequeño laberinto sea un lugar de encuentro entre voces y luces...
Hay puentes muy hermosos...

José Ángel García Caballero dijo...

felicidades por haber recibido en primicia ese poema tan bello y tan cerca del sosiego...

Gustavo Adolfo Chaves dijo...

Vaya noche de negra leche la que ha dejado Veyrat en esta elegía. Y sin embargo resplandece el verbo. Lo he dicho antes y lo digo de nuevo: los poemas de este señor me enseñan a respirar...